ARBORETO
UBICACIÓN FÍSICA
MENCIÓN SIGNIFICATIVA DE LA UBICACIÓN
MENCIÓN DE LA UBICACIÓN

  • ¡Arboreto puede encontrarse en el libro de letras gráficas de Save Me!

    • Acepté a mi yo atemorizado y más joven. Sentí mi húmedo cuerpo y mi acelerado corazón. “Solo espera un poco más. Cuando seas mayor conocerás amigos grandiosos. Con ellos, te convertirás en una mejor persona. Entonces todo podría mejorar. Solo sé un poco más fuerte.” Murmuré. Cuando termine de hablar, me abracé más fuerte a mí mismo. Las lágrimas se derramaron. No las pude detener y comencé a llorar.

      ¿Cuánto tiempo había pasado? Cuando abrí los ojos, mi yo más joven había desaparecido. Me levanté y limpié mis lágrimas, después miré arriba, hacia el cielo. El cielo de mediodía estaba brillante y despejado, y mis alrededores en silencio. A la distancia, observé la entrada del arboreto. No había señal alguna de lluvia.



      Me fui por la puerta principal del arboreto. A medida que el día pasaba se ponía más helado, pero estaba feliz. A pesar de que era el día del picnic, mi madre y mi padre estaban ocupados. Me sentía algo decepcionado al principio. Pero en el concurso de dibujar flores fui alabado y uno de los amigos de mi madre dijo: “Wow, Jimin es muy maduro. ¿No es así?” En ese momento me sentí bastante genial.

      “Jimin-ah, espera ahí. Regresaré pronto” fue lo que me dijo mi profesora cuando el picnic terminó, pero no esperé. Estaba seguro de que podría volver solo. Cogí las asas de mi mochila con las dos manos y anduve intentando aparentar madurez. Parecía que los otros me estaban mirando, por lo que mantuve los hombros incluso más alto. Poco tiempo después, empezó a llover. Mis amigos y sus madres se marcharon, y no había nadie que hubiese venido a buscarme; me dolían las piernas. Me cubrí la cabeza con la mochila y me resguardé al cobijo de un árbol. La lluvia empezó a caer con más fuerza. No era capaz de ver ninguna casa o tienda. El lugar al que había llegado era la parte trasera del jardín botánico. La puerta lateral estaba abierta y por el hueco a través era capaz de ver una especie de lugar de almacenaje.



      Tras el anuncio de mi mamá de que estábamos por llegar, limpie el paño de la ventana con la manga de mi suéter. Por la ventana, miré la señal que decía Escuela Secundaria Songju Jeil. Mamá dijo que no había escuelas a las que pudiera asistir en Munhyeon, y dijo que no sabía del gran alivio que sintió con el hecho de que la secundaria Songju Jeil me aceptara. Me cambiaba de escuela seguido debido a que entraba y salía del hospital en repetidas ocasiones. ¿Cuánto tiempo podría durar en esta? En medio de mis pensamientos, pasamos por la entrada principal y el patio escolar apareció a la vista. Tal vez no había nadie ahí por el frío. Mi mamá estacionó el carro cerca del pasamano y los columpios.

      Salí del carro y observé el pasamano. Cuando miro atrás a mis primeros años, hay una memoria en particular que recuerdo vívidamente. Un recuerdo sobre un cielo azul y las nubes blancas, como sacadas de un cuento de hadas, volando hacia mí a una velocidad aterradora. Antes de los eventos que ocurrieron en el Arboreto de Flores, disfrutaba el patio de juegos a un nivel inusual. Según mi mamá, solía salir a jugar en la mañana y regresar hasta la tarde. Mi parte favorita era el columpio. Si te abalanzabas fuertemente con los pies, te acercaría hasta el cielo hasta estar cerca del vértigo. Aunque diera miedo, me gustaba ese sentimiento vertiginoso.

      Me volví curioso sobre lo que se sentiría si algún día lograba darle la vuelta completa. Ninguno de los niños en mi vecindario pudo haberlo hecho. Les dije a mis amigos que me empujaran con todas sus fuerzas, y debido al esfuerzo que puse sobre mi cuerpo, comencé a ir cada vez más alto. El cielo azul y las nubes blancas se precipitaron sobre mí. Cuando estuve en el punto más alto, me mareé y caí desde el columpio. Cuando abrí mis ojos, estaba tirado sobre la arena. Tenía un puño de arena en mi boca y creo que mi rodilla estaba sangrando, pero extrañamente, eso no dolía. Tan solo estaba molesto porque no pude lograr dar la vuelta completa.

      Como si me adueñara de los recuerdos de alguien más, recordé la imagen de mí mismo sobre ese columpio. ¿Acaso estaba Park Jimin, quien se balanceaba tan celosamente en ese columpio, creciendo en un lugar que desconozco, manteniendo esa misma apariencia y personalidad? Observé el columpio tras esos pensamientos, pero escuché que mi mamá me llamaba. Encaré la entrada de la escuela. La Escuela Secundaria Songju Jeil. Era la quinta escuela a la que asistía.



      Me salté las clases sin pensarlo, pero no tenía ningún lugar para ir en realidad. Era un día caluroso, no tenía dinero y tampoco nada que hacer. Namjoon fue quien sugirió que fuéramos al mar. Los más jóvenes se veían emocionados, yo no estaba a favor ni en contra de esa idea. “¿Tienen dinero?” A mis palabras, Namjoon hizo que todos vaciaran sus bolsillos. Algunas monedas, algunos billetes, pero no podíamos ir. Creo que Taehyung dijo “Podemos caminar.” La cara de Namjoon decía “Piénsalo por favor” pero todos reían mientras hablaban de sinsentidos mientras andaban por la calle. No tenía ganas de responder y me quede atrás. Los rayos del sol eran calurosos. Como era medio día, los árboles a las orillas no generaban sombra. Los autos pasaban sobre la calle sin aceras, dejando una nube de polvo a su paso.

      “Hay que ir ahí.” Esta vez también fue Taehyung. ¿O fue Hoseok? No me fije bien porque no me interesaba, pero fue alguno de ellos dos. Mientras caminaba con la cabeza abajo preocupado en el piso bajo mis pies, casi choco con alguien y me caigo. Jimin se quedó ahí parado. Los músculos de su cara temblaban como si hubiera visto algo escalofriante. “¿Estás bien?” Pregunté, pero parecía que no me escuchó. Ahí donde Jimin mantenía su mirada se distinguía una señal que decía Arboreto de Flores 2.2 km.

      “No quiero caminar.” Se escucharon las palabras de Jungkook. El sudor descendía de la cara de Jimin. Se miraba aterrorizado y como si estuviera a punto de colapsar. ¿Qué era? Lo sentí extraño. “Park Jimin”, lo llamé, pero tal como lo esperé, no se movió en lo absoluto. Levanté mi cabeza y miré esa señal de nuevo.

      “Oigan, hace calor, ¿Qué tiene de bueno ese arboreto? Vamos al mar,” Dije desinteresadamente. No sabía qué clase de lugar era el Arboreto de Flores, pero no creí que debíamos ir ahí. No sé el motivo, pero percibía un sentimiento extraño en Jimin. “Estamos cortos de dinero,” respondió Hoseok a mis palabras. “Les dije que caminemos,” proclamó Taehyung. “Creo que lo lograremos si caminamos hasta la estación de tren,” dijo Namjoon. “Pero nos tendremos que quedar sin comer.” Jungkook y Taehyung lloriquearon y Seokjin se rió. Jimin volvió a moverse cuando todos empezaron a dirigirse a la estación de tren. Con su cabeza mirando hacia abajo y sus hombros decaídos, Jimin era como un niño pequeño. Mire una vez más la señal. Las letras que leían Arboreto de Flores se iban desvaneciendo a la distancia.



      Cuando volví en mí, estaba lavando mi brazo al punto de arrancarme la piel. Mis manos temblaban y mi respiración era pesada. La sangre corría por mi brazo. En el reflejo del espejo se apreciaban mis ojos inyectados de sangre. Lo que sucedió un momento atrás emergía en fragmentos.

      Por un momento, mi concentración se volvió confusa. Estaba bailando con una chica mayor del club de baile, nuestras posiciones se revolvieron y colisionamos entre sí. Salí disparado al duro suelo y la sangre comenzó a brotar de mi brazo. En ese momento, algo ocurrido en el arboreto emergió de mis recuerdos. Pensé que lo había superado. Pero no era el caso. Debería huir. Tenía que quitármelo de encima. Tenía que ignorarlo. En el espejo, seguía siendo el niño de ocho años que corría bajo la lluvia. De pronto lo recordé. La chica también había caído.

      No había nadie en la sala de prácticas. Afuera de la puerta levemente abierta, llovía con fuerza. Observe a Hoseok corriendo. Estaba completamente expuesto a la lluvia. Salí disparado con un paraguas. Corrí. Al final, me detuve.

      No había nada que pudiera hacer. Lo único para lo que servía era para caer y lastimar a los demás, claro, dejaría ir el dolor y los abandonaría. Ya iba muy atrás, sólo podía detenerme. Me di la vuelta y caminé. Con cada paso, el agua de la lluvia salpicaba en mi tenis. Las luces de los carros pasaban de lado. No estaba bien. No, estaba bien. No me había lastimado. Esto no era una herida. Realmente estoy bien.



      Al final tuve que ir al Arboreto de Flores. Tenía que dejar de mentir sobre no poder recordar lo que sucedió ahí. Esconderme en el hospital, tener ataques, necesitaba detener todo. Para lograrlo, tenía que ir a ese lugar. Con ello en mente, me dirigí a la parada de autobús varios días. Pero no me atrevía a subir el autobús con camino al Arboreto de Flores.

      No fue sino hasta hoy, después de intentarlo por tres veces que Yoongi se dejó caer a mi lado. Cuando le pregunté qué estaba haciendo, dijo que no tenía nada que hacer y que estaba aburrido. Luego me preguntó qué hacía sentado ahí. Cabizbajo, pateé la punta de mis zapatos en el suelo. Me pregunté qué hacía sentado ahí. Era porque no tenía valor. Quería fingir que ya estaba bien, fingir que sabía algo, pretender que podía superar esto, pero en realidad tenía miedo. Tenía miedo de lo que encontraría, miedo sobre si podría soportarlo, y miedo a tener un ataque.

      Yoongi se veía despreocupado. Como si no fuera nada, continúo con una inútil charla sobre si el clima era bueno. Tras escuchar esa plática, me di cuenta que el clima realmente era bueno. Estaba tan nervioso que no hubo lugar en mí para observar alrededor. El cielo era realmente azul. En algunos momentos también soplaba un cálido viento. El autobús se detuvo y las puertas se abrieron. El chofer me observó. Pregunté de forma impulsiva.

      “Hyung, ¿me acompañas?”