CALLE CON GRAFITI
UBICACIÓN FÍSICA
MENCIÓN SIGNIFICATIVA DE LA UBICACIÓN
MENCIÓN DE LA UBICACIÓN
CALLE CON GRAFITI
UBICACIÓN FÍSICA
MENCIÓN SIGNIFICATIVA DE LA UBICACIÓN
MENCIÓN DE LA UBICACIÓN

  • ¡Calle con grafiti puede encontrarse en el libro de letras gráficas de Run!

    • Maté el tiempo dando vueltas, deambulando en la tienda de conveniencia. A veces, solía saltarme clases, saltando la pared de la parte de atrás de la escuela secundaria de Song Ju. Algunas veces esperaría a los hyungs en el parque que se encuentra cruzando la calle desde la tienda de conveniencia. Mire a mí alrededor. Ya había pasado un tiempo desde que visité este vecindario, pero no ha cambiado mucho. Recuerdo que la casa/las casas* de Yoongi hyung y Jungkook estaban por esta área. Mientras observaba mi entorno, vi algo que parecía un grafiti dentro de las paredes de los callejones a mi derecha. Lucía como el trabajo de Taehyung. Caminé en esa dirección.

      Inconscientemente, me detuve frente a los dibujos. Se trataba de la cara de alguien garabateada en toscas líneas negras con ninguna pista de calidez. Dije “alguien”, pero sabía de quién era ese rostro. Era el de Seokjin hyung. Tan pronto como pensé en hyung, la cara de alguien parecía sobreponerse sobre la otra. Era un rostro completamente diferente, pero ambas caras lucían idénticas. Tenían los mismos ojos. Ojos desalmados. Solo ahí me di cuenta de a quien tenía que encontrar.

      (*T/N: La traducción en inglés especifica que no le es clara esa parte del texto, pues no sabe si se refiere a si ambos Jungkook y Yoongi vivían en la misma casa, o cada quien en su respectiva casa en esa área. La traductora al inglés decidió mantener ambigüedad, así que decidí respetar eso y dejarlo de la misma manera)



      Dibujé una línea con una lata de pintura en espray color negro. Un rostro delgado, una boca que olvidó como hablar, cabello completamente seco. El rostro que había visto en mis sueños comenzó a revelarse sobre la pared gris con crudas líneas. Ahora seguían los ojos. Alcé mi mano para comenzar y enseguida di un paso atrás y me quedé ahí.

      En mi cabeza, la cara era distinta. Los ojos eran lo suficientemente claros como para darme escalofríos. Pero no sabía cómo debería expresarlo. Los ojos tan solo contenían indiferencia y frialdad en ellos, y la alegría y tristeza se habían vuelto volátiles. Había muchos colores que habían colapsado en uno solo, y los ojos parecían decir mucho porque en realidad no decían nada. Tomé la lata de pintura varias veces, pero al final, no pude dibujar los ojos.

      Han pasado dos años desde la última vez que vi a Seokjin. Supe que se fue a Estados Unidos, pero no sabía más. Era también la primera vez que aparecía en mis sueños. Ha habido ocasiones en las que me pregunto cómo le va. Recordé las cosas que ocurrieron en nuestro salón y su conversación con el director. Tenía buenos recuerdos de él, así como otros que no entendía. Pero, incluso en ese momento, no era tan frío y marchito como en mis sueños.

      Volví a ver el rostro que dibujé en la pared. Definitivamente era Seokjin. Pero no era el que yo conocía. ¿Por qué tuve un sueño como ese tan repentinamente? Era un sueño siniestro y una sucesión de horrendas escenas. Hyung observaba todas esas miserias con un semblante inexpresivo. Deje caer la mano que sostenía la lata de pintura. La frialdad de ese sueño se sintió como si estuviera golpeando mi nuca. A la lejanía, escuche las sirenas de la policía.



      El dueño de la gasolinera escupió en el piso y se fue. Estaba tirado en el suelo en posición fetal. Mientras dibujaba un grafiti en la pared trasera de la gasolinera, fui atrapado por el dueño y me golpeó mientras me preguntaba qué estaba haciendo con la pared de alguien más. Rodé por el suelo. Estaba acostumbrado a que me golpearan, pero también es algo a lo que no me puedo acostumbrar.

      Hace bastante tiempo empecé a hacer graffiti. Intenté rociar una pared con una lata de pintura que alguien había tirado. Creo que era color amarillo. Simplemente rocíe la pintura sin cuidado y miré hacia arriba. Mientras miraba la distintiva pintura amarilla sobre la pared gris, levanté un color diferente. Por un tiempo, rocié mis sentimientos desconocidos sobre la pared. Vacié todas las latas de pintura y me detuve. Recogí la lata, la lancé, y retrocedí. Estaba sin aliento, como si hubiera corrido un maratón.

      No sabía qué significado tenían los colores en la pared. No sabía que había hecho o por qué. Lo único, podía adivinar que se trataban de mis emociones. Había plasmado mis emociones en la pared. Al principio, pensé que era feo. También pensé que se veía sucio. Que era estúpido, inútil y patético. No me gustaba. Froté la pintura que todavía no secaba con la palma de mi mano. Quería borrarlo todo. En lugar de borrarlo, junté diferentes colores y los mezclé en formas diferentes. Me recargué sobre la pared. Que no me gustara no era un problema. Tampoco era un problema que no fuera hermoso. Solo era yo.

      Tosí al levantarme. El interior de mi boca estaba reventada, y la sangre salpicó en mi palma. Luego miré la mano de alguien recogiendo la lata de pintura. Seguí la dirección de la mano y observé el rostro de esa persona. Era Namjoon. Sonreí. Pensé que estaba viendo una alucinación. Hyung me extendió su mano. Yo solo lo observaba. Hyung me levantó con su mano. Esa mano era cálida.



      Sentí un dolor desgarrador en uno de mis costados. Estaba chorreando de sudor. Las vías del tren, el terreno baldío detrás de la tienda de conveniencia, bajo el desnivel, no importa donde, ella no estaba ahí. Corrí hasta la parada de autobús, pero como era de esperar, no estaba ahí. Las personas en la parada me miraron extrañado, ¿Qué había pasado? No teníamos planeado vernos, pero fue extraño. Siempre aparecía de forma extraña y de la nada y me seguía. Incluso si decía que era molestia, eso no era bueno. Pero incluso a los lugares que íbamos juntos, ella no estaba ahí.

      Mientras me acercaba a esa familiar pared, detuve mi paso. Era el grafiti que hicimos juntos. También fue de la primera vez que dibujó. Había una gran equis dibujada encima. Era ella. No lo vi, pero lo sabía. ¿Por qué? No lo sabía. En lugar de eso, había varias imágenes superpuestas sobre la pared.

      La imagen de ella riéndose de mí porque me acosté sobre las vías del tren y golpeé mi cabeza. El recuerdo de ella ayudándome cuando me caí mientras intentaba ayudarla a huir. Su cara molesta cuando comí el pan que le quité. Su expresión, que se disipaba cuando pasamos por las fotos familiares colgadas sobre el estudio de fotografía. Su mirada, que seguía a los estudiantes que pasaban sin que ella se diera cuenta. Mientras pintábamos esta pared juntos le dije “Cuando se ponga difícil, no te quejes de ello por ti misma. Cuéntame.” La equis estaba marcada sobre todos esos recuerdos. Era como si dijera que no eran reales. Era como si dijera que eran mentiras. Sin darme cuenta, apreté mi mano en un puño. ¿Por qué? Como era de esperarse, no tuve respuesta. Me di la vuelta y caminé. Estaba solo de nuevo. Ambos, ella y yo..



      Después de regresar del mar, todos estábamos solos.

      No nos contactamos más, como si lo hubiéramos planeado. Solo por el grafiti que aparecía en las calles, la iluminada estación de gasolina y el sonido del piano que salía del desgastado edificio eran como adivinabamos sobre la existencia del otro. En cada ocasión, la viva imagen de esa noche revivía como un fantasma. Como las llamas parecía salir gota a gota de los ojos de Taehyung. Los ojos que me miraban como si estuviera contando una increíble historia. Namjoon detuvo a Taehyung. Yo, quien no podía soportarlo, dejé caer mis puños en Taehyung.

      No pude encontrar a Taehyung después de que huyo, y no quedaba nadie en la orilla del mar cuando regresé. Un vaso de vidrio roto, manchas de sangre que comenzaban a congelarse, y pedazos de los restos del almuerzo eran todo lo que quedaba de lo que pasó hace algunas horas. En ese intervalo de tiempo, una imagen había caído. En la imagen estaba el mar de fondo, estábamos juntos y sonriendo.

      Hoy también pasé por la estación de gas. Algún día, llegará cuando nos volvamos a encontrar. De nuevo llegará ese día en que volvamos a sonreír como en esa foto. Llegará el día en que tenga el coraje de enfrentarme a mí mismo. Pero aún no es el momento. Hoy también, como ese día, sopló un viento húmedo. Al momento siguiente, como si fuera una advertencia, mi teléfono timbró. La imagen tembló de la sorpresa. El nombre de Hoseok apareció en la pantalla.

      “Hyung, Jungkook tuvo un accidente de auto esa noche.”