BIBLIOTECA NAMGU MUNHYEON
UBICACIÓN FÍSICA
MENCIÓN SIGNIFICATIVA DE LA UBICACIÓN
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MENCIÓN DE LA UBICACIÓN

  • ¡Biblioteca Namgu Munhyeon puede encontrarse en el libro de letras gráficas de Run!

    • Pasé las páginas de anuncios de la revista y levanté mi mirada. En el otro extremo de la mesa, por la ventana, durante varios días se sentó un rostro diferente. El pesado libro, el gran bolso, y el vaso de papel blanco eran los mismos, pero no era ella. Regresé mi mirada a la revista de nuevo. Había estado viendo la misma página por más de una hora. Apenas podía concentrarme en las letras con los repetidos pensamientos en mi cabeza. ¿Qué hago sentado aquí? No se me ocurrió ninguna respuesta. En medio de personas absorbidas en algún asunto, estaba hojeando la revista dedicadamente. Estaba impaciente en que tenía que comenzar algo. También es verdad que las cosas no funcionan así.

      Regresé la revista a su lugar y me adentre entre los estantes. Los estantes alineados que eran más altos que yo, había libros apilados. El viento que se colaba de la ventana abierta causó que el olor de los libros y polvo volaran por el aire. Recordé mis días en la escuela. Esos tiempos en que mis amigos y yo nos juntábamos en el cuarto de almacenamiento. Los libros que leía en ese entonces tenían el mismo olor. ¿El “yo de ahora” maduro desde el “yo de ese momento” aunque sea un poco? No podía afirmarlo realmente. Tal vez todo de mí se detuvo en ese momento. Me moví hacia la estantería del lado contrario. Tome un libro que había estudiado en ese tiempo. Tuve que empezar de nuevo. Uno por uno, comenzar desde donde lo dejé la última vez.



      Recargué mi cabeza sobre la ventana del autobús. Desde la biblioteca hasta la estación de gasolina. La calle por la que voy y vengo diariamente, el panorama al que me he familiarizado. ¿Llegará el día en que deje este escenario frente a mí? Se sentía imposible juzgar el mañana o esperar algo.

      Una mujer con una liga de cabello amarillo que mantenía su cabello en una coleta, se sentó frente a mí. Sus hombros se elevaron y volvieron a caer como si hubiera suspirado. Recargó su cabeza sobre la ventana. Desde hace un mes ya, estudiaba en la misma biblioteca y tomaba el autobús desde la misma parada que yo. Aunque nos habíamos dirigido la palabra, observábamos el mismo panorama, vivíamos en lo mismo, y suspiramos ante lo mismo. En mi bolsillo aún se encontraba una liga de cabello.

      Esa mujer siempre se bajaba tres paradas antes que yo. Cada vez que la veía salir del autobús, me preguntaba si seguiría repartiendo volantes. ¿Qué habrá experimentado? ¿Con qué clase de cosas se tendrá que enfrentar? ¿Qué tan seguido sentirá esa sensación de que el mañana no llegará, esa sensación de desalación que no estuvo desde el principio? Pensé sobre eso.

      La parada de autobús en la que ella solía bajar se acercaba. Alguien presionó el botón de parada, y pronto los pasajeros comenzaron a levantarse de sus asientos. Sin embargo, la mujer no estaba entre ellos. Mantenía su cabeza apoyada sobre la ventana, sentada. Parecía que se había quedado dormida. ¿Debería despertarla? Tuve un conflicto interno por un momento. El autobús llegó a la parada. La mujer seguía igual. Las personas bajaron del autobús, las puertas cerraron y el autobús siguió su camino.

      La mujer no se despertó por las próximas tres paradas. Volví a tener el mismo conflicto mientras se acercaba mi propia parada. Era claro que nadie más le prestaría atención una vez que yo bajara. Estará muy lejos de su parada habitual antes de que despierte, y no sabría si estaría aún más cansada debido a eso.

      Me bajé del autobús y comencé a caminar hacia la estación de gasolina. El autobús se marchó y no mire atrás. Dejé la liga del cabello sobre la mochila de la mujer, pero fue todo. Ese no era el principio ni el final. Nunca fue nada desde el principio, y no había motivo para que lo fuera. Así que pensé “no significa nada en realidad.”



      Solo una pista fue concedida. El mapa del alma. Era una frase poco familiar, y no podía detectar de qué se trataba o que tenía que hacer. Pero aun entonces, no importa que, necesitaba un punto de partida. Sospeché que el “mapa del alma” lo sería. Pero no fue así. Había atravesado este bucle tantas veces tratando de investigar el mapa del alma, pero no conseguí nada. Mirando atrás, incluso al inicio de todo esto, fue siempre así. “¿Crees que puedes salvar a todos si corriges todos los fallos y errores?” Cuando asentí a esa pregunta, en ese momento, no sabía nada sobre todo lo que tendría que vivir.

      Salí de la librería de segunda mano, dejando atrás las estanterías llenas de libros cubiertos en polvo. Mientras subía las escaleras, llegué al callejón, donde había hojas de cerezo cayendo. De pronto, sentí como si hubiera estado aquí antes, entonces me di la vuelta. No, ¿confundí esta librería con otra diferente? Para poder encontrar pistas sobre el mapa del alma, busqué en incontables librerías de segunda mano y bibliotecas. Busqué todas las referencias y palabras clave que pude encontrar en internet, pero no había nada. En medio de todo esto, no sé si ya había llegado a esta biblioteca. Si no, seguramente habría libros similares a este.

      Encontré mi automóvil estacionado en la entrada del callejón. Lo encendí y puse mi mano en el volante, pero no sabía a donde dirigirme ahora.